Turismo sostenible, una obligación.
El boom de bloggers e influencers que buscan ganarse la vida viajando y documentando sus experiencias ha permitido que la industria turística global, al igual que las economías de destinos turísticos alrededor del mundo, se hayan catapultado y diversificado para poder satisfacer la demanda de un mercado con un crecimiento exponencial.
Desafortunadamente, el incremento de visitantes en destinos que no están preparados para recibir números tan importantes de viajeros ha traído consigo la sobreexplotación y abuso de los recursos naturales de la región, además de una mala planeación en la construcción de su infraestructura turística.
De acuerdo a un estudio publicado por el portal carbonbrief.org, entre 2009 y 2013, la huella de carbono global del turismo aumentó de 3.9 a 4.5 GtCO2e, cuatro veces más de lo que se había estimado anteriormente, lo que representa aproximadamente el 8% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, siendo el transporte, las compras y la comida los sectores que más contaminan dentro del sector turístico.
La preocupación de viajeros por el impacto que generan en el ambiente las acciones del ser humano ha contribuido para sembrar un sentido de consciencia colectiva, razón por la cual el modelo de "hoteles ecológicos" se está convirtiendo en un estándar en la industria de la hospitalidad, dejando de ser sólo un gancho de marketing. Cada vez es más común que hoteles y prestadores de servicios en destinos turísticos inviertan en fuentes de alternativas de energía, además de sumarse en campañas sociales que contribuyan a la mejora del medio ambiente.
Reducir el impacto ambiental de las actividades económicas asociadas a la industria turística no sólo crea un impacto positivo en el medio ambiente, ya que la sostenibilidad ambiental usualmente va acompañada de un uso más eficiente de los recursos, lo cual implica una disminución en los gastos operativos de hoteles, restaurantes, transportadoras, aerolíneas, etc.